Scroll Top

La Revista

Voces de resiliencia: La lucha por la justicia reproductiva en Tanzania

Edna Shaibu está sentada en el suelo e inclina su cabeza sobre los muslos de la peluquera para que le trencen el cabello, en un salón ubicado en la calle Buswelu, en la región de Mwanza, Tanzania. La peluquera colocó una toalla blanca sobre los hombros de Edna para evitar que trozos de cabello caigan sobre su vestido. Su cabeza, con el cabello parcialmente trenzado, está expuesta a la cámara. La foto fue tomada por George Binagi el 4 de noviembre de 2024.
Edna Shaibu se sienta al sol para que le trencen el cabello, en la calle Buswelu de la región tanzana de Mwanza, en un salón ubicado en la misma calle. Crédito de la foto: George Binagi, 4 de noviembre de 2024.

Tanzania se encuentra en una encrucijada crítica en su búsqueda por promover la justicia reproductiva, enfrentando alarmantes tasas de mortalidad materna que subrayan la urgente necesidad de una atención integral de salud reproductiva. Según la Organización Mundial de la Salud (2021), la tasa de mortalidad materna en Tanzania era de aproximadamente 342 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. Sin embargo, esta cifra oculta disparidades significativas: las zonas rurales experimentan tasas de mortalidad materna de hasta 500 por 100.000, mientras que los centros urbanos registran tasas más cercanas a 250 por 100.000 (Ministerio de Salud de Tanzania, 2021). Las zonas periurbanas suelen reflejar una mezcla de estos problemas, lo que indica que el acceso a una atención de salud de calidad está distribuido de forma desigual por todo el país.

Estas estadísticas representan las vidas de mujeres y familias atrapadas en una red de servicios de salud inadecuados, estigma cultural y políticas restrictivas en torno a los derechos reproductivos. Las poblaciones Indígenas de Tanzania se ven especialmente afectadas por estos problemas, ya que las prácticas culturales tradicionales afectan considerablemente a la salud reproductiva de las mujeres. En muchas comunidades Indígenas, a menudo se da prioridad al parto en el hogar, atendido por parteras tradicionales que, a pesar de ser figuras respetadas, carecen con frecuencia de formación médica oficial. Este factor, en ocasiones aumenta los riesgos de haber complicaciones durante el parto, lo que contribuye a las elevadas tasas de mortalidad materna en el país.

Los debates sobre los derechos reproductivos en Tanzania se intensifican a medida que los defensores impulsan reformas que desafían las narrativas predominantes en torno a la salud y la autonomía de las mujeres. La intersección de la pobreza, el acceso limitado a la educación y las normas tradicionales de género complican estos debates, por lo que es imperativo escuchar las voces de los más afectados.

En una entrevista reciente, tres mujeres de la región tanzana de Mwanza, ciudad portuaria situada en la orilla meridional del lago Victoria, al noroeste del país, compartieron sus opiniones sobre la salud reproductiva y sus repercusiones más amplias. Sus historias ofrecen una visión de las barreras sistémicas a las que se enfrentan las mujeres y ponen de relieve la urgente necesidad de cambio.

Edna Shaibu camina por su hogar en la calle Buswelu, en la región de Mwanza, Tanzania. Crédito de la foto: George Binagi, 4 de noviembre de 2024.
Testimonios de lucha y resistencia

Margreth Issa, residente en Nyakato National Street, en la región de Mwanza, nos contó cómo un embarazo precoz truncó su sueño de toda la vida: ser médico. Con solo 13 años se quedó embarazada mientras iba a la escuela primaria en su aldea natal de Kiziba, en la región tanzana de Kagera. Las repercusiones fueron rápidas y graves: sus padres la expulsaron de casa al descubrir su embarazo, y el padre de su hijo desapareció, quedándo sin hogar durante varios meses. Según las tradiciones de su aldea de Kiziba, un embarazo fuera de matrimonio se consideraba una maldición, y esta creencia estaba profundamente arraigada en la importancia que se daba a las dotes. Magreth señaló que, según estas costumbres, ningún hombre pagaría el precio de una novia por una mujer que ya hubiera dado a luz.

Magreth Issa, una mujer tanzana de mediana edad, organiza los productos en su tienda de ropa en la calle Nyakato National, en la región tanzana de Mwanza. Lleva un vestido largo de color rosado, con su espalda parcialmente expuesta a la cámara. La foto fue tomada por George Binagi el 4 de noviembre de 2024.
Magreth Issa organiza los productos en su tienda de ropa, ubicada en la calle Nyakato National, en la región de Mwanza, Tanzania. Crédito de la foto: George Binagi, 4 de noviembre de 2024.

Finalmente, una tía matrilineal la acogió en secreto pocas semanas antes de dar a luz a un niño. Después de años navegando las complejidades de la maternidad, se trasladó a Mwanza, donde accedió por primera vez a servicios de salud reproductiva. En el Centro de Salud de Buzuruga aprendió sobre control de la natalidad y practicó el espaciamiento de los embarazos. Sin embargo, aún con sus propias luchas reproductivas, se resiste a hablar abiertamente de salud reproductiva con su hija de 15 años, por miedo al estigma social.

La historia de Magreth ilustra la urgente necesidad de un cambio sistémico, especialmente en las zonas rurales donde escasean los servicios de salud reproductiva. Ella pide apoyo gubernamental para ampliar la educación y los servicios de salud reproductiva, y subraya que los debates abiertos sobre cuestiones reproductivas son vitales para capacitar a las jóvenes a tomar decisiones informadas.

Magreth Issa se encuentra en su tienda ubicada en la calle Nyakato National, en la región de Mwanza, Tanzania. Hace un llamado al gobierno para ampliar la educación y los servicios de salud reproductiva, destacando que las discusiones abiertas sobre temas reproductivos son vitales para empoderar a las jóvenes a tomar decisiones informadas. Crédito de la foto: George Binagi, 4 de noviembre de 2024.

Lenarda Edmund, una madre de 25 años que vive en las afueras de Kishiri, en Mwanza, ofrece otra perspectiva de los retos que enfrenta la mujer en Tanzania. Lenarda tiene tres hijos y no desea tener más pero su marido insiste en tener por lo menos seis, solo por prestigio, para demostrar su hombría, una exigencia que ha provocado importantes conflictos. En junio de este año, después de que su marido descubriera que ella tomaba anticonceptivos orales, su matrimonio se deterioró, culminando en la separación. La experiencia de Lenarda subraya el coste económico y emocional de las normas de género restrictivas que dan prioridad al tamaño de la familia sobre la salud y el bienestar de la mujer.

Su relato revela la necesidad crítica de promover campañas de concienciación dirigidas a desmantelar la nociva creencia de que tener muchos hijos equivale a masculinidad. Lenarda es muy consciente de la presión económica a la que se enfrenta su familia. Sus ingresos por la trituración de piedras apenas cubren sus necesidades básicas y la de sus hijos. 

Lenarda, una joven tanzana, se agacha para llenar un pequeño balde de plástico con carbón en su área de negocio en la calle Kishiri, en la región de Mwanza. Lleva un vestido largo amarillo con flores rojas, cubierto desde la cintura con una prenda llamada kitenge en idioma suajili. También lleva un pequeño pañuelo marrón en la cabeza. Su cuerpo completo está expuesto a la cámara, pero su rostro no es visible. La foto fue tomada por George Binagi el 5 de noviembre de 2024.
Lenarda Edmund llena pequeños baldes de carbón para la venta, en su área de negocio en la calle Kishiri, en la región de Mwanza, Tanzania. Crédito de la foto: George Binagi, 5 de noviembre de 2024.

Su defensa de una educación enfocada en derechos reproductivos refleja una necesidad social más amplia de capacitar a las mujeres para que tomen decisiones que se ajusten a sus necesidades de salud y no a las presiones de la sociedad.

Lenarda Edmund, una joven tanzana, sostiene un balde lleno de carbón para la venta, en su área de negocio en la calle Kishiri, en la región tanzana de Mwanza. Lleva un pequeño pañuelo marrón en la cabeza. Su cuerpo completo está expuesto a la cámara, pero su rostro no es visible. La foto fue tomada por George Binagi el 5 de noviembre de 2024.
Lenarda Edmund sostiene un balde lleno de carbón para la venta, en su área de negocio en la calle Kishiri, en la región de Mwanza, Tanzania. Crédito de la foto: George Binagi, 5 de noviembre de 2024.

Edna Shaibu (identidad protegida), de 17 años y graduada en secundaria, representa la lucha de las generaciones más jóvenes por abordar las cuestiones de salud reproductiva en medio del estigma social. A través de los clubes escolares, ha aprendido sobre las opciones anticonceptivas y la importancia de evitar los embarazos precoces. Sin embargo, ella y sus compañeras a menudo se sienten obligadas a ocultar el uso de anticonceptivos debido al estigma generalizado que rodea a la salud sexual de las chicas solteras. Edna insiste en la necesidad de una educación pública integral que normalice los debates sobre salud reproductiva y anticoncepción. 

Un llamado al cambio sistémico

Estos testimonios tejen un relato que subraya la urgente necesidad de un cambio sistémico en el panorama de la salud reproductiva en Tanzania. La intersección de las creencias culturales y el acceso a la atención sanitaria crea un entorno difícil para las mujeres que se enfrentan a problemas de salud reproductiva. Las experiencias de Magreth, Lenarda y Edna ponen de relieve la interconexión entre los derechos reproductivos y los derechos de la mujer, y subrayan que abordar estas problemásticas no es solo un debate de acceso a los servicios de salud, sino un reto social más amplio que requiere un cambio en las comportamientos culturales.

Para lograr un cambio significativo, Tanzania debe dar prioridad a los servicios integrales y especializacod de salud reproductiva, especialmente en las comunidades rurales e Indígenas. Esto incluye aumentar el acceso a la anticoncepción, mejorar las infraestructuras sanitarias y potenciar la educación sobre salud y derechos reproductivos. Las campañas de concienciación pública deben tener como objetivo desmantelar las creencias culturales perjudiciales que perpetúan el estigma y la discriminación contra las mujeres que buscan atención de salud reproductiva.

El marco jurídico existente en Tanzania apoya los derechos reproductivos, incluida la Política Nacional de Salud y la Estrategia Nacional de Salud Reproductiva, que pretenden integrar la salud sexual y reproductiva en los sistemas de atención primaria de salud. Sin embargo, su aplicación sigue siendo un reto. Las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel crucial en la defensa de los derechos de las mujeres, ejerciendo presión para que se lleven a cabo reformas políticas que aborden las necesidades de los grupos marginados (Ministerio de Salud de Tanzania, 2021).

Los derechos reproductivos son derechos de la mujer

En última instancia, las historias de Magreth, Lenarda y Edna sirven como poderosas llamadas a la acción para los responsables políticos, los proveedores de atención sanitaria y la sociedad. Si hacemos oír sus voces y abordamos las barreras sistémicas a las que se enfrentan, podremos trabajar por un futuro en el que todas las mujeres de Tanzania puedan acceder a los servicios de salud reproductiva que necesitan y merecen. Los derechos reproductivos deben reconocerse como derechos fundamentales de la mujer, esenciales para lograr la igualdad de género y mejorar la salud y el bienestar general de las comunidades.

Tanzania se encuentra en un momento crucial en esta búsqueda. El camino a seguir requiere un compromiso colectivo que dé prioridad a la educación, al diálogo abierto sobre la salud reproductiva. Así podremos emnpoderar a mujeres como Magreth, Lenarda y Edna a tomar decisiones informadas que en última instancia, conducirán a familias y comunidades más sanas. No se trata solo de un problema de las mujeres, sino de un imperativo social que exige atención y acción inmediatas.

¡Ayúdanos a amplificar las noticias y voces Indígenas!

Ayúdanos en nuestra misión de dar a conocer el trabajo de narradores, artistas y periodistas Indígenas. Somos la única publicación internacional independiente creada y operada por personas Indígenas, y publicada en inglés y en español. La Revista es completamente gratuita en línea y las copias impresas son gratuitas para las comunidades Indígenas que no pueden acceder fácilmente a nuestro contenido en línea. 

Nuestro trabajo atraviesa fronteras, océanos, idiomas, discapacidades, brechas digitales y muros de prisión. ¡Tu donación es esencial para continuar nuestro trabajo!

Sobre la persona autora:

Abela Msikula es periodista de Tanzania Standard Newspapers Limited, con una licenciatura en Periodismo y Comunicación de Masas por la Universidad Tumaini de Iringa-Tanzania (actual Universidad de Iringa), y más de 10 años de experiencia en el sector.